NUESTRA ESENCIA, LA COMPAÑERA INVISIBLE


     Siempre hay una parte en nosotros a salvo de cualquier sufrimiento, sin ella no podríamos experimentar el sufrir, de la misma manera que el pez no puede verdaderamente saber lo que es el agua sin salir de ella y poder así contrastarla.
     Esa parte a salvo de nuestro ego sufriente guarda nuestra esencia, por eso conectar con lo esencial es la mejor manera de no quedar atrapado en el sufrimiento. 



      El camino hacia nuestra esencia puede ser desde el principio alentado por su aroma, si elegimos dar los pasos guiados por él nuestro andar será de alegría, sin pruebas iniciáticas, sin necesidad de maestros-gurús, sin escaladas peligrosas, sin juicios de valor ... siendo cada paso la prueba de que en realidad nuestra esencia siempre nos ha acompañado.
  

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