CREAR, DE CORAZÓN, ES PONER NUESTRAS ESTRELLAS EN EL FIRMAMENTO DE LA HUMANIDAD

    

    Amemos a nuestras creaciones porque ellas son las mejores embajadoras de nuestra capacidad de amar. Cuando creamos, de corazón, insuflamos nuestro amor y nuestra esencia a lo creado, por eso, más allá del arte que estemos expresando, nuestra creación es un testimonio del misterio y de la belleza de nuestra existencia que regalamos al mundo: crear, de corazón, es poner  nuestras estrellas en el firmamento de la humanidad.




NO ARREMETAS CONTRA LO QUE NO ES NECESARIO VENCER: DESCUBRE EL PODER DE TU INDOMABLE


       Para navegar contracorriente no hace falta acabar con la corriente, tan solo basta con superarla en tu camino. Darse cuenta de esto marca la diferencia entre ser rebelde y ser indomable, entre avanzar queriendo vencer a tus enemigos o hacerlo sin tener enemigos y llegar así más lejos y más rápido a la meta. Querido lector: no arremetas contra lo que no es necesario vencer, ha llegado el momento de substituir la fuerza de tu rebelde, entrenado y glorificado en mil batallas, por el poder de tu indomable, que espera en la sabiduría de tu corazón ser descubierto.






EL JUEGO DE NUESTROS DEFECTOS Y DONES


    Nuestra sombra indica la dirección de nuestra luz, pues sin ella nunca la podríamos reconocer como sombra: lo que llamamos defecto no es más que un agujero, con una geometría determinada, en el que encaja perfectamente uno de nuestros dones. No existe en nosotros un defecto que no tenga también en nosotros su correspondiente don, el juego se nos da completo, sin que falte ningún agujero ni ficha.


En el juego de nuestros defectos y dones cada agujero defecto tiene su correspondiente pieza don. Si nos hacemos conscientes de ello, dejaremos de luchar contra nuestros defectos y buscaremos las piezas que encajan en ellos, disfrutando así de nuestro juego de defectos y dones.