LA DISCUSIÓN CON FINAL ARCOÍRIS: EL PODER DE UN CORAZÓN LIBRE
Los ojos no sólo sirven para ver, también
son pinceles con los que dibujar arcoíris que unan a las personas. Al igual que
el mágico puente de colores eleva las octavas de la tormenta, asemejándola
al final de una bella poesía, una mirada
puede diluir en su inocencia las más duras tormentas emocionales.
Querido
lector, pruébalo ... después de una de esas batallas de la dualidad, de una de
esas pesadas y repetidas discusiones, en la que nos enganchamos en el drama, ve
a la sabiduría de tu niño, imprégnate en su inocencia y mira después a tu
contrincante en el juego de la dualidad, deja que tus ojos pinten un arcoíris
entre los dos, deja que este mágico puente conecte vuestros corazones ... sentirás amor, y también poder, el poder de
un corazón libre ...
EL CAMINO HACIA NUESTRA IDENTIDAD ESENCIAL
Identificarnos
con algo es renunciar a nuestra identidad esencial. Hemos sido educados para
renunciar a nuestra presencia, fragmentando nuestra identidad en diversas
creencias, hasta el punto de olvidarnos de quién realmente somos: es la danza
de las falsas identidades, de los velos que ocultan nuestro ser...
A
fuerza de bailar al son de músicas que no son la nuestra hemos perdido nuestro
centro, y con él nuestro poder de ser nosotros mismos. ¿De qué sirve defender
tal o cual creencia si no reconocemos a quién la habita? ¿De qué sirve sentirse
orgulloso de pertenecer a una nación o grupo social si no nos pertenecemos a
nosotros mismos? Identificarse con algo
que no sea nuestro propio ser nos convierte en su esclavo, pues le cedemos
nuestra identidad.
Sólo recuperando nuestra presencia
podremos iluminar con sabiduría nuestras creaciones; crear habiendo cedido
nuestra identidad es hacer de nuestras creaciones nuestra celda.
Un ser humano empoderado ha de reconocerse
más allá de su cultura y de su familia, para
poder así recuperar su identidad esencial. Sólo desde ella podrá vivir
siendo él mismo, algo fundamental para lograr su felicidad, a partir de ahí
podrá dar lo mejor de sí mismo a los demás.
Querido lector, ¿qué te parece iniciar el camino hacia tu Ítaca, hacia
tu identidad esencial? A lo largo de él tendrás que renunciar a esos sucedáneos
de identidad con los que te habías confundido, que te habían atado a la
"seguridad" del grupo. Ya no podrás refugiarte en seguridades que
cobran su precio, ni en el papel de víctima. Ya no tendrás que ser oveja del
rebaño, ni tampoco lobo... simplemente serás tú mismo.
MORIR AL SUFRIMIENTO, NACER A LA ALEGRÍA
Morir al sufrimiento para nacer a la
alegría es el gran paso que se plantea hoy ante la humanidad. Para dejar de
sufrir no hay que esperar a que el sufrimiento pase, ni mucho menos esconderse
de él, basta desarmar el drama, sea el que sea, con la presencia de la risa inocente que
nace de la alegría de nuestro corazón. Es como cuando grabamos un archivo en un
disco: no es necesario borrar lo anterior tan sólo se escribe encima. No hay
que borrar el sufrimiento, basta grabar encima nuestra alegría, de esta manera
evitamos entrar en las luchas de la dualidad, que inevitablemente volverían a
grabar en nosotros nuevo sufrimiento.
Nuestra risa nos hace libres porque ilumina
nuestro camino, mostrándonos que la oscuridad no es algo a temer, sino a
iluminar con la luz de nuestro corazón. El sufrimiento no es más que zonas oscuras alimentadas por los juicios, por eso se desvanece ante la risa inocente
Querido lector, ¿qué te parece encender
los faros de tu sonrisa, justo allí donde la noche sea más oscura, donde el
sufrimiento haya dejado sus huellas ... y grabar encima la alegría de tu
corazón ...? No es necesario luchar contra el sufrimiento, como no tiene
sentido luchar contra la oscuridad cuando simplemente basta con encender una
luz. Pruébalo la próxima vez que te muerda el sufrir, deja que la luz de tu alegría viaje de tu corazón a tu sonrisa, y que desde ella se espanda, ilumine tu entorno, sumerja tu cuerpo ... déjate morir al sufrimiento y nace a la alegría.
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