EL JUEGO DE NUESTROS DEFECTOS Y DONES


    Nuestra sombra indica la dirección de nuestra luz, pues sin ella nunca la podríamos reconocer como sombra: lo que llamamos defecto no es más que un agujero, con una geometría determinada, en el que encaja perfectamente uno de nuestros dones. No existe en nosotros un defecto que no tenga también en nosotros su correspondiente don, el juego se nos da completo, sin que falte ningún agujero ni ficha.


En el juego de nuestros defectos y dones cada agujero defecto tiene su correspondiente pieza don. Si nos hacemos conscientes de ello, dejaremos de luchar contra nuestros defectos y buscaremos las piezas que encajan en ellos, disfrutando así de nuestro juego de defectos y dones.  


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