Querido lector, ya tienes edad suficiente para conocer toda la verdad: los Reyes Magos ni son tres ni vienen de Oriente. En realidad son millones y vienen de un lugar mucho más mágico que Oriente: nuestro corazón. Millones de padres participan de una mentira del corazón, las mentiras del corazón son trajes que éste se pone cuando tiene que comunicarnos algo increíble para nuestras mentes programadas, es como cuando el hombre invisible se viste para que podamos saber dónde se encuentra. Vivimos tan alejados de la magia de nuestro corazón que se ha tornado invisible para nosotros; el mito de los Reyes Magos es un vestido que esa magia, que todos poseemos, se pone todos los años para hacerse visible ante nuestros ojos.
Nuestros hijos son la varita mágica que hace que nos pongamos en marcha cada seis de enero, su ilusión envuelta en inocencia nos hace buscar la complicidad de nuestro corazón, y éste nos otorga la magia de ser Reyes Magos.
Pero ... ¿por qué conformarnos con una noche al año? Seamos Reyes Magos todos los días, no se trata de ir haciendo regalos a trote y moche y arruinarnos, se trata de vivir la magia de nuestro corazón cotidianamente, claro que para ello necesitaremos la intervención de nuestra varita mágica: nuestro niño interior. Sentémonos a su lado, mirémoslo cara a cara, y con la paciencia de un anciano escuchemos su carta a los Reyes de cada día, seguro que nos pide cosas verdaderamente importantes, de esas que nos hacen felices.
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