SENTIR LA VIDA QUE HAY EN MÍ
Los dramas que habitamos y que hemos
creado desde nuestra propia inconsciencia absorben nuestra auténtica identidad
como si de agujeros negros se tratasen,
el peso de nuestros juicios no puede resistirse a una fuerza de gravedad tan poderosa. Luchamos en mil batallas por defender
espejismos de nuestra identidad,
convertidos en meros siervos de nuestras creencias. Vivimos perdiendo la
vida, por eso envejecemos, en el sentido triste de la palabra. La vida se torna
lucha cuando estamos desconectados de ella, cuando trabajamos para vivir en vez
de trabajar para parir nuestras creaciones, para hacer riqueza de nuestros
potenciales donándolos al mundo.
Cuando aprendemos a sentir la vida que
hay en nosotros sentimos como la madre que acoge por vez primera en sus brazos
a su hijo recién nacido: nada ni nadie puede destruir su felicidad. La vida es una fuente de felicidad cuando le
abrimos nuestro corazón de forma tan incondicional como la madre a su bebé, que
a pesar que nada conoce de él le da todo su amor, y con ello siente el poder de
superar cualquier miedo. La vida es la flor en la que hemos depositado nuestra
esencia, no tiene sentido encerrarla en la cárcel de nuestros dramas, pudiendo mostrar
su belleza al mundo, pudiendo liberar su fragancia al aire libre …
Querido lector, ¿cuánto tiempo hace que no
acoges la vida en tus brazos … que no te sientes su madre …? ¿Tan ocupado te mantienen tus dramas
cotidianos … ? Eres un ser humano, un paridor de vida … cada día nace en ti un
niño que te trae la posibilidad de sentir la abundancia de la vida, el poder de
la inocencia sobre las experiencias vividas, promesas de futuros maravillosos
… Hoy puedes elegir entre habitar tu
vieja vida o dar a luz una nueva, es más sencillo de lo que parece, eso sí, has
de recordar quien realmente eres: un creador de vida, con todo el poder y la
alegría de sentirte madre.
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¡Gracias!
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos, tu reflexión hoy me viene como anillo al dedo. No quiero seguir tirando de mi vida, sino viviéndola a tope, disfrutándola. Tus palabras me llegan en un momento de necesidad interna. GRACIAS POR SER Y ESTAR
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