EL FARO INFALIBLE: NUESTRO PROPIO CANTO
Dentro de nosotros existe un canto, se puede
escuchar en los momentos que conectamos con nuestro sentir más profundo, mana
de una fuente más allá de los territorios de los dramas, lejos de los juicios
que nacen de la dualidad. Es fácil reconocer su susurro en medio del silencio
de una noche serena y estrellada, pero también se muestra nítido en la mirada
pura de un niño. Algunos piensan que sólo lo pueden escuchar los grandes
poetas, pero no es así, todo el mundo se ha sentido alguna vez más vivo que la
propia vida, más eterno que las estrellas, más poderoso que sus problemas, más
ligero que la pluma más sutil, más él mismo que cualquiera de los personajes
que interpreta a diario ... en todos estos momentos hemos escuchado nuestro
propio canto, el que nos conecta con nuestra esencia, el que ilumina nuestra
mirada, el que nos muestra la belleza de nuestra desnudez.
Vivir
sin escuchar nuestro canto es perderse en el laberinto de lo que nuestras
creencias consideran importante, y es también la base de todos nuestros
conflictos: no podemos navegar sin la brújula de nuestro corazón y no
perdernos.
Querido lector, ¿qué te parece afinar tu
escucha y reconocer tu propio canto entre tanto ruido ambiental ...? ¿Qué cómo
comenzar ...? Deja que tu niño interior aflore a tu mirada, que te recuerde que
aquello a lo que te sientes atado no es más que un juego, por más que tu adulto
se empeñe en llamarlo la "fría realidad" Luego empieza a imaginar a
qué realmente te gustaría jugar, siéntelo como si ya lo estuvieses haciendo,
verás como, poco a poco, aquello que vive en tu interior y que desea ser
entregado al mundo se va mostrando cada vez más nítido, entonces empezarás a
escuchar una melodía sin igual, de una hermosura tal que te hará sentir la
belleza en todo tu cuerpo... ¡la reconoces! ¡es tu propio canto!
Una vez reconocido te preguntarás por qué tu
vida no es lo que tú anhelas, por qué bailas al son de una música que no es la
tuya ... sentirás cómo si hubieses vivido con una especie de amnesia. Ahora, ya
recuerdas tu música ... tan solo te queda hacer de tu vida un baile que la
honre, una danza única que te convierta en el artista de tu propia vida. Ya no
tienes que temer a perderte, ya no hay excusas, tu propio canto te guiará, es
tu faro infalible ... ¿a qué aguardas...
? ¡Comienza ya la vida que anhelas, esa cuyo fruto es la felicidad!
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