SOMOS CORAZONES DE LA TIERRA



    Imagínate que todo tú eres como un corazón y que el aire que respiras es como la sangre de la Tierra ... inspirar y expirar es como la sístole y la diástole. Pero realmente eres más que ese corazón, eres una conciencia con riqueza interior, con una luz propia, ¿qué te parece retener unos instantes en tus pulmones el aire y sentir que pones parte de esa luz en él, enriquecerlo con tu esencia, con tu aroma ... ? Después lo sueltas por tu boca, llenándolo de palabras silenciosas que anuncian al mundo tu presencia ...  ¡Ya está, has entregado su sangre a la Tierra purificada y enriquecida por tu propia luz! ¡Has poetizado el aire con tu presencia!

Siéntete rico: entrega tu luz al aire

   ¿Te imaginas a millones de personas haciendo lo mismo, convertidas en corazones de la Tierra, entregando cada una su propio perfume ... ? ¡Un ser vivo con millones de corazones ...! Tal vez siempre ha sido eso, pero ocupados en nuestros dramas cotidianos hemos olvidado que somos corazones de la Tierra.
    Querido lector, ¿qué te parece practicar un poco ser corazón de la Tierra, hacerlo conscientemente ...? Nuestro pensamiento, con la práctica cotidiana, iría inevitablemente cambiando y no sólo veríamos distintos a nuestro planeta y su aire, sino  también a nosotros mismos: nos sentiríamos  importantes por el sencillo hecho de estar vivos y respirar. ¿Te imaginas cruzarnos con otra persona y sentirla también corazón de la Tierra ...? ¿Cómo se ven entre sí dos corazones … qué sienten si se miran, si se abrazan  …? ¿Qué maravillosos proyectos pueden llegar a realizar juntos …? Práctica y ya me contarás ... ¡Felices respiraciones creativas, querido corazón!




1 comentario:

  1. Soy capaz de imaginarlo, Carlos, y como yo millones de personas que procuran brillar con luz propia. Tus escritos son un canto a la esperanza. Un placer conocer a un buen maestro, quizás incomprendido por todo este sistema educativo de números y productividad, pero auténtico, sincero y genuino.

    Un maestro de corazón siembra semillas en sus alumnos que más tarde darán sus frutos. Y será importante para ellos y será importante para la sociedad, aunque la sociedad esté tan ciega que no sea capaz de ver más allá poyectos que cuando nacen, nacen ya muertos.

    Un placer leerte y un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar