Ser tú en tus palabras, reconocerte en tu propia música, que los demás sientan tu presencia en tus palabras ... que tus palabras sean el regalo de tu presencia a la vida. |
DAR VIDA A LAS PALABRAS CON NUESTRA PROPIA MÚSICA
¿Qué te parece, querido lector, sentir a
tu garganta como un instrumento musical ... ? ¡No, no estoy hablando de cantar!
Me refiero a pronunciar las palabras con tu propia música, sentir que a todas
ellas les une un cordel invisible, como a las notas musicales les une un algo
que las convierte en melodía. Sería como si tu garganta se prolongase en una
flauta con la que tocases una composición única, la de tu propia esencia ...
pondrías en ella todo tu sentir ... hasta el punto que parecería que por la flauta
insuflas vida al propio aire que haces vibrar.
Esta forma de "hablar" hace que tus
palabras estén habitadas por ti, y le lleguen al otro como una tarjeta de
visita dirigida a su corazón. A partir de ahí es posible, al menos por tu
parte, un auténtico diálogo con los demás, más allá de los estados de necesidad
del ego, pues tu propia presencia te hace sentir seguro, no se plantea ninguna
manipulación, el discurso fluye sin obstáculos ... tus palabras están vivas.
Puedes
ensayar antes ante un espejo, acoger tú mismo a tu propia música, afinar el
instrumento de tu garganta, sentir tu propia presencia en tu intimidad. También
puedes probar en la ducha, cerrando los ojos, ayudándote del fluir del agua ...
Cuando tengas un cierto dominio de la técnica, piensa en una persona a la que
quieras decir algo que te cuesta e imagina un diálogo con ella conducido por tu
propia música, sintiendo tu presencia, sin miedos ... Deja que esa misma
presencia que ahora sientes guíe tus palabras ... hablar con ella es como tocar la flauta
insuflando vida en cada nota. Ahora ya estás preparado, puedes buscar a la
persona y hablar con ella siendo tú
mismo, sin barreras.
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