APRENDIENDO A JUGAR LA DUALIDAD: DUALILANDIA
Si vivimos el corazón desde la dualidad,
enfrentándolo a los lugares en los que no reconocemos el amor, nos
desconectamos de él. Así, podemos entrar en la habitual paradoja de hablar de
las virtudes del corazón a la vez que nos vamos separando de su presencia:
hemos creado un corazón "artificial" en nuestro ego, un sucedáneo del
auténtico, que piensa y siente, pero en estado de necesidad, es decir, sin
poder y sin sabiduría. Desde este corazón generamos los dramas diarios y
nuestros ritmos de felicidad e infelicidad, es el juego de la dualidad, el
carrusel de los juicios sin fin.
Querido lector, ¿qué te parece apearse del
carrusel e ir en busca de nuestro auténtico corazón ...? ¿Cómo empezar ...? Conecta con tu niño
interior, pídele que te enseñe a sentir esos dramas diarios como un juego,
luego pregúntale a tu anciano interior por las reglas que rigen en "Dualilandia"... ¡Ahhh, por cierto,
que no se te olvide preguntarle al viejo sabio por las excepciones a esas reglas,
es lo más suculento del juego ! ¡Qué te diviertas!
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