DE SER REAL A SER AUTÉNTICO
Una amapola es frágil en su apariencia, se puede desmoronar en nuestras
manos, sin embargo es poderosa en su presencia, en su efecto sobre nuestro
sentir, tal vez porque su esencia vive imperecedera en nuestros corazones.
Hay muchas realidades en las que puede vivir una amapola: en la física,
en nuestros recuerdos, en uno de nuestros sueños, en una poesía … pero en
ninguna de ellas llega a ser auténtica sin una conciencia que la contemple, que
le dé vida con su mirar, con su sentir. Nada es auténtico sin un sentir que le dé vida, aunque pueda ser real.
Querido lector, ¿en tus realidades de cada día cuántas cosas auténticas
hay … ? ¿De qué sirve una realidad, por cómoda y segura que nos parezca, si no
es auténtica …? ¿Es auténtico tu trabajo …? ¿Son auténticos tus sueños …? ¿Son
auténticas tus miradas …? ¿Es auténtica tu relación contigo mismo …? ¿Y con los
demás …?
Te invito a que hoy sientas tu mirada
auténtica y con ella des vida a todo lo que contemples y, así, puedas sentir en
lo frágil y perecedero la esencia inmortal que lo alimenta. Ya no podrás ver a
la amapola como un mero ser débil que tiembla en tus manos, sino que sentirás
en ella una flor que renuncia a su forma física para demostrarte que cuando
eres auténtico, cuando vives desde tu esencia, nada puede destruirte.
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