Todo es más fácil, más sencillo, desde la gratuidad de la vida. Sé generoso contigo y no compres lo que siempre ha sido tuyo, camina como un ser al que le pertenecen sus propios pasos, es decir, sin victimismos, sin proyectar tus límites autoimpuestos en los demás. Abre hoy el día no debiendo nada, levanta la vista y decide libremente cuál es tu horizonte.
CAMINA COMO UN SER AL QUE LE PERTENECEN SUS PROPIOS PASOS
No hay que ganarse la vida, la vida es
gratis. Vivir desde la gratuidad, desde la levedad de ser uno mismo, es no
deber nada a la vida. No se trata de deber, sino de ver, de ver en nuestro interior la riqueza de
nuestra creatividad esperando convertirse en creaciones, es decir, en riqueza
para todos. Si vivimos desde el deber, vivimos desde la tacañería, desde la
prostitución de "ganarse la vida", desde el entregarse a la necesidad
en vez de a la abundancia.
Querido lector, si vives desde el sentido del
deber estás dando el mando a tus necesidades, al concepto de deber en el que
fuiste educado. Tienes un sentido que te lleva a la abundancia: el de los
anhelos de tu corazón. No dejes que lo que se espera de ti marque tu rumbo,
pues sólo te llevará a vivir desde estados de necesidad. Ganarse la vida es
partir de que no te pertenece, es caminar sintiendo que debes una hipoteca por
respirar.
Todo es más fácil, más sencillo, desde la gratuidad de la vida. Sé generoso contigo y no compres lo que siempre ha sido tuyo, camina como un ser al que le pertenecen sus propios pasos, es decir, sin victimismos, sin proyectar tus límites autoimpuestos en los demás. Abre hoy el día no debiendo nada, levanta la vista y decide libremente cuál es tu horizonte.
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