El mayor triunfo de todo ser humano es vencer a la dictadura de su propio miedo cuando es el momento apropiado. Nacimos vulnerables precisamente para conocer el miedo y lo que él nos enseña sobre la compasión, una vez que hemos entendido la grandeza y la belleza de la compasión, tan solo nos queda deponer al dictador con el que crecimos y tanto nos enseñó: nuestro maestro, el miedo. Honrar al maestro miedo es deponerle como dictador de nuestra vida cuando ya hemos aprendido sus magistrales lecciones, esto es precisamente lo que espera de nosotros.
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