EL CONTRASTE DE LA VIDA Y SUS DONES
En la
misma esencia de la vida está el contraste, que proporciona a ésta sus dos mayores dones: armonía y abundancia . El
mundo artificial que hemos ido creando no goza de estos dones: hemos cambiado
armonía por comodidad y abundancia por competitividad. Por eso nuestras casas
carecen de la belleza de la naturaleza y nuestra sociedad no es sostenible.
Es
necesario que aprendamos de la sabiduría de la naturaleza, si queremos crear
una cultura planetaria que goce de sus dones y que haga de lo artificial un
enriquecimiento más de la naturaleza. El ser humano es natural, sus creaciones
han de serlo también si no queremos que lo artificial menoscabe nuestra salud.
Mientras
nuestra sociedad sea competitiva no puede ser abundante, porque siempre habrá
perdedores y ganadores. Mientras busquemos prioritariamente la seguridad de lo
cómodo nos faltará la aventura de descubrir, sin la cual no es posible alcanzar
una armonía entre seguridad y progreso..
Las
creencias que limitan los contrastes entre las personas-entendiendo estos
dentro de una armonía y justicia -nos empobrecen, eso es justo lo que hacen las
modas que se habitan sólo para ser aceptados en determinados grupos. Una
cultura de contrastes es riqueza para todos, porque todos pueden resaltar
Querido lector, ¿cómo anda de contraste tu
vida …?
NUESTROS AUTÉNTICOS COLORES
Cada ser
humano tiene unos colores que le caracterizan, que emanan de su propia esencia.
La cultura, la familia y las presiones sociales en general hacen que nos
vistamos con uniformas, con los cuales finalmente nos identificamos: yo soy español
o catalán, peón o ingeniero, ateo o creyente, de este equipo o del otro, de
izquierdas o de derechas … hay uniformes de todos los tipos, pero todos tienen
en común que ocultan nuestra auténtica identidad, son los juegos de la
dualidad, que nos separan y a la vez nos agrupan.
Estas
identidades postizas hacen que las personas puedan ser manejadas en grandes
grupos según sus creencias, ya que haremos lo que sea por no perder nuestra
identidad. Así se explica que tantas veces actuemos en contra de nuestro auténtico
sentir.
Mientras
nuestro ego se identifique con creencias sobre él mismo y no con la esencia
singular y única que le da vida, se encontrará siempre en peligro, en estado de
necesidad, de ahí nacen todos nuestros miedos.
Aprender
a identificarnos no con nuestras creencias- los uniformes-, sino con nuestro
sentir más profundo, equivale a dar al mundo nuestros verdaderos colores, a
partir de ahí podemos regalar a la vida nuestro auténtico canto.
¿Te
animas a quitarte uniformes … a mostrar tus colores e incluso a liberar tu
canto …? El mundo entero lo espera …
ATREVIÉNDONOS A LEVAR ANCLAS CON LA SOLA BRÚJULA DE NUESTRO
CORAZÓN
Las creencias han sido como un puerto seguro para nuestra mente en el
que hemos estado anclados. Ahora, podemos levar anclas y vivir desde el corazón …
Para sentirnos seguros mar adentro hay que habitar nuevas creencias
abiertas a la aventura … Para que las viejas no nos frenen hemos de recuperar
la inocencia del niño y la intrepidez del adolescente.
¿Te animas a surcar los mares desconocidos con la sola brújula de tu
corazón …? Puedes empezar imaginándolo y haciendo visibles las creencias que te
dejaron fondeado en el viejo puerto, para así pisar las rayas de sus
prohibiciones e impulsarte con el viento de tu imaginación. ¿Qué te parece la
propuesta, capitán …?
EL SER HUMANO ESPEJO, UN GRAN RECURSO
EDUCATIVO
Saber ayudar al otro a que
reconozca desde dónde se mira a sí mismo y al mundo, sin contaminarlo con
nuestra propia mirada, es uno de los grandes dones del maestro de corazón.
Lo que nos limita es mirar desde nuestras creencias, por eso
reconocerlas, hacerlas visibles a nuestra mente, es algo imprescindible para
vivir desde la libertad, algo que un educador ha de priorizar.
Nuestros pensamientos no nacen sin cercas (las creencias), les sería
imposible, pues carecerían de dirección y de aplicación práctica. Lo
fundamental es darse cuenta de estos límites y saber cuando hemos de
sobrepasarlos, esto no nos lo puede decir un pensamiento que se haya originado
dentro del “vallado”, ha de ser nuestro sentir hecho intuición el que nos
impulse a saltar las barreras. Pero no tendremos energía para el salto mientras
nuestra seguridad esté depositada en la creencia que precisamente vamos a
transgredir. Por eso, para educar a ciudadanos libres es vital que nuestra
seguridad personal no esté depositada en ninguna creencia o teoría científica,
que tarde o temprano limitarán nuestros pensamientos, sino en nuestro corazón,
más allá de los territorios de la mente. Aquí es donde entra la intervención
del maestro de corazón, que ha de hacer de espejo para sus alumnos o hijos,
desvelándoles, sin crítica, desde dónde piensan e invitándoles, con su propio
ejemplo, a poner su seguridad en su corazón.
Una cultura cuyas personas no depositan su seguridad en ninguna
creencia, sino en su corazón, es inevitablemente una sociedad puramente
democrática, y sus individuos merecen sin duda el título de ciudadanos libres.
Para llegar a conseguir esto es necesario un enseñanza del autoconocimiento y
unos educadores que sepan hacer de espejo, en el que sus alumnos e hijos puedan
reconocerse como seres únicos, más allá de las creencias que temporalmente
habiten.
¿Te animas a hacer de espejo, sin nada que lo empañe, como pueden ser
tus propias creencias…? Ver como el otro se reconoce a sí mismo sin juicios en
él es el mejor regalo para el “ser humano-espejo”. Pruébalo, es una sensación
inolvidable … y un acto educativo de corazón.
LA SABIDURÍA, CONSTRUCTORA DE PUENTES
DORADOS
El ingenio sin sabiduría construye
puentes para ir hacia donde no sentimos estar, es la inteligencia sirviendo a
creencias no sentidas. Querido lector, ¿cuántos puentes de estos tienes en
construcción ...?
Cuando decidimos pensando desde creencias limitantes estamos sirviendo a
éstas, cuando lo hacemos desde nuestro sentir esencial actuamos como creadores
de nuestra vida, la sabiduría entonces nos sirve la comida que nutre a la mente
para que pueda entender nuestra decisión.
La sabiduría aparece siempre que somos fieles a nuestro sentir esencial
y hemos entendido que las creencias son habitaciones de nuestra mente, no
verdades inmutables.
Podemos elegir en cada caso la habitación adecuada a lo que deseamos
sentir, y nutrirnos de pensamientos coherentes con ese sentir, en este estado
los pensamientos tendrán nuestra propia fuerza e identidad y no estarán
sirviendo a creencias culturales,
familiares, políticas, religiosas, científicas ...
Si actuamos desde el sentir y con una mente abierta, los puentes que
construyamos para alcanzar nuestros anhelos tendrán el color dorado de la
sabiduría. ¿Qué te parece ir diseñándolos, sintiéndolos en tu corazón y
abriendo la mente a ellos …? ¡Qué maravilla poder atravesarlos!
Es un excelente post para reflexionar, me sirvio mucho.
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