HACIA
UN EGO NUTRIDO POR EL CORAZÓN Y UNAS RELACIONES SIN DRAMAS
Cuando
contemplamos a un bebé sentimos algo muy diferente de cuando lo hacemos a una
persona con cualquier otra edad; no necesitamos ninguna máscara para
relacionarnos con él, nuestras defensas se retiran y no hay obstáculos a ser
nosotros mismos.
Al ir creciendo vamos desarrollando personajes, que toman el poder en
nuestras relaciones, sin ellos serían imposible los dramas y las tragedias.
Pero el ser humano es mucho más que los papeles que interpreta; es posible
aprender a relacionarnos de corazón a corazón, traspasando las barreras y las
necesidades de nuestros personajes. Se trata de habitar creencias que sean
transparentes a la luz de nuestro corazón, lo cual permitiría nutrir a nuestro
ego con ella, de esta manera no tenemos necesidad de apartar al ego para poder
sentir nuestro ser, y no son necesarios
años de meditación y pruebas iniciáticas para llegar a ser uno mismo y regalar
nuestra presencia a la vida.
El ser humano es mucho más que lo que vemos con los ojos de la mente,
nuestra esencia sumerge a nuestro cuerpo, lo impregna, y se expande a todo el
universo. Te invito a sentirlo la próxima vez que contemples a un bebé … o tal
vez a ti mismo en el espejo.
LA GRANDEZA DE LO PEQUEÑO
La
fuerza bruta puede desplazar, pero no tiene la capacidad de conmover. Las
personas somos capaces de grandes proezas cuando antes nos hemos movido por
dentro … hacia nuestro centro, el corazón.
Lo
grande vive la ilusión de poder acabar con lo pequeño, pero es tan inútil como
pretender romper átomos con un martillo, sólo conseguiríamos desplazarlos. El pequeño
al que me refiero es aquél que esconde su grandeza detrás de su humildad,
confundiendo al grande en su prepotencia.
El
pequeño, como una semilla, encierra su grandeza, esperando el momento en el que
la vida le dé la oportunidad de brotar en el corazón de los grandes… entonces, los grandes descubren la grandeza
de lo pequeño…
VIVIR SINTIENDO NUESTRA MÚSICA
Más allá de los personajes que solemos
interpretar en nuestra vida cotidiana, de nuestros argumentos defendiendo
nuestras creencias, de los juicios en los que nos encarcelamos, de los miedos a
los que nos encadenamos … existimos en nuestro corazón. Desde él podemos crear nuestra propia música, nuestro
sentir, e impregnar todos nuestros pensamientos, emociones y acciones con ella.
Entonces ya no nos tendremos que preocupar por ser auténticos, cada persona con
la que nos encontremos nos reconocerá por la melodía que escuchará en nosotros.
Nuestra mirada proyectará nuestras notas a todo el universo y éste resonará
como la mejor sala de conciertos.
Tocar nuestra música puede ser una
metáfora para nuestra mente, pero es una gran realidad en nuestro sentir. ¿Qué
te parece ir ensayando …? Verás como, poco a poco, tu propio cuerpo te pedirá
que la interpretes, porque se habrá convertido en su mejor y más sabroso
alimento.
ASOMÁNDONOS AL PODER DE NUESTRA
ALEGRÍA
El miedo sólo nos puede dominar cuando
renunciamos a nuestra alegría. Hay una forma muy sencilla de quitar el aire de
un vaso: llenarlo de agua. Con el miedo pasa lo mismo, para librarnos de él
hacemos terapias, recurrimos a maestros espirituales, leemos libros de
autoayuda … recorremos, en definitiva, un largo y difícil camino, y nos
consolamos pensando en lo mucho que podemos crecer en él, combatimos al miedo centímetro
a centímetro, luchando contra nuestros pensamientos negativos. Pero hay un modo
más sencillo: verter la alegría de nuestro corazón sobre nuestra mente, como el
agua en el vaso, la alegría desplazará al miedo sin esfuerzo.
Nuestra educación nos dirá que esto no es
posible, ya que no puedo estar alegre si tengo miedo, es lógica su postura.
pues no ha sido creada para descubrir la fuente inagotable de alegría que hay
en nuestro corazón. Esta fuente no se ve alterada por los dramas que vivamos en
nuestra mente, puesto que existe más allá de la dualidad.
El único trabajo que hay que hacer para
llegar a esta fuente, centro de nuestra propia esencia, consiste en abrir una
ventana en nuestras viejas creencias, y permitir que por ella entre la alegría en
nuestra mente … con todo su poder de inocencia. ¿Qué prefieres, querido lector,
el largo camino o asomarte al poder de tu alegría …?
SI
EL JUEGO NOS ABURRE … ¿POR QUÉ CONTINUAR …?
Mientras estamos en un juego hay que seguir las normas, si nos empieza
a aburrir no tiene sentido quejarse, basta con dejar de jugar. En la vida
muchas veces olvidamos esto y no nos damos cuenta de que, en el fondo, el
malestar que sentimos es debido a que estamos aburridos de interpretar siempre
los mismos papeles, hasta el punto de que estamos perdiendo nuestra auténtica
identidad a fuerza de habitarlos constantemente.
En
la mayoría de los casos estos papeles parecen haber surgido de la nada, no
tenemos consciencia de haberlos creados; es como si alguien hubiese enterrado
unas semillas en nuestro jardín sin permiso y, luego, nos sorprendemos ante la
presencia de algo que no hemos plantado. Sin embargo, en no pocas ocasiones,
podemos descubrir papeles similares en nuestro árbol genealógico, es como si determinado frutos se repitiesen
en él.
Cuando tomamos consciencia de todo esto estamos en el camino de poder
escribir el guión de nuestra vida, liberándonos
de las ataduras del árbol, esto no es incompatible con honrarlo. De la
misma manera que un adolescente no puede entrar en la madurez sin conquistar su
independencia de los padres, un ser humano no puede sentirse el dueño de su
vida sino trasciende su árbol genealógico, es decir, si no deja el juego de las
herencias de personajes.
LIBRÁNDONOS DE NUESTROS ESTADOS DE NECESIDAD
Todos empleamos
personajes sustentados por nuestro ego y sus creencias. A través de ellos nos
relacionamos, generando tanto las situaciones agradables como los conflictos.
Si somos conscientes de ello y
aprendemos a observarlos, sin juicios, podremos evitar convertirnos en sus
esclavos.
Los orígenes de
estos personajes son múltiples: heredados de nuestro árbol genealógico o
directamente de nuestros padres, provenientes de roles sustentadores de nuestra
sociedad, establecidos por necesidades emocionales de las que no somos
conscientes … Se sustentan a través de
nuestra presencia y atención, si se las retiramos son como globos desinchados,
pierden todo su “volumen”.
La educación
recibida hace muy difícil que nos percatemos de que existimos detrás de los
personajes que interpretamos, nuestra enseñanza siempre ha ido dirigida a
fomentar sólo los personajes admitidos
por nuestra cultura y no a revelar la presencia del actor. Las creencias que hemos ido
desembarcando en la mente los han ido nutriendo, dándoles poder.
Los personajes de
victima, por ejemplo, pueden dar la impresión de desamparados, pero poseen una
enorme fuerza: la de hacernos sentir culpables si no cumplimos con su voluntad.
Todos hemos visto situaciones en las que una persona domina a otra y nos hemos
preguntado cómo lo consigue: para que dos personajes queden enganchados en una
relación venenosa es imprescindible que
la relación esté basada en sus
respectivos estados de necesidad, estos
actúan como dos cargas, una positiva y otra negativa, su propia naturaleza crea
la irresistible fuerza de atracción. Por eso, la clave para mejorar nuestras
relaciones está en ser conscientes de los estados de necesidad que generan los
personajes que interpretamos; sólo de esta manera podemos de dejar de ser sus
juguetes.
Los conflictos
que se repiten en nuestra vida pueden ser el líquido revelador que haga
visibles a nuestra mente consciente nuestros personajes limitantes.
Los personajes los
necesitamos, el ego no puede expresarse sin ellos. El reto está en aprender a
vivir desde el actor y, así, poder elegirlos e incluso crearlos a voluntad. Si
queremos crear personajes libres de estados de necesidad debemos recurrir a la
parte de nosotros que vive más allá de estos estados: nuestro corazón.
Precisamente por eso es importante ir en pos de nuestros sueños, pues los
auténticos siempre nacen en nuestro corazón, si les somos fieles nos iremos
librando, poco a poco, de nuestros estados de necesidad.
En la imagen un fotograma de la película “ ¿¡ Y Tú qué sabes ¡?” en la que se nos
invita a ir más allá de nuestros personajes limitantes.
AMAR A LA FAMILIA
SIN QUEDAR ATADO A ELLA
Hemos oído muchas veces la expresión
“miembro de la familia”, sin pararnos a pensar en la profundidad de estas
palabras. Si aceptamos ser sólo un
miembro de nuestra familia, nuestras decisiones estarán destinadas sólo a
servirla.
De entrada nos puede parecer que no somos en
absoluto sirvientes de nuestras familias, pero si observamos con más detalle
nuestro árbol genealógico, descubriremos que éste, en su sabiduría, ha ido distribuyendo una serie de papeles que
se complementan entre sí y que además se han ido repitiendo en su esencia a lo
largo de las generaciones. Es normal no creerse esto, puesto que en nuestra
educación ni se mencionó un hecho de tal relevancia, por eso es importante comprobarlo
uno mismo, investigar entre sus familiares, vivos o fallecidos, interrogar a
nuestros abuelos, tratar de desvelar secretos de familia … Si hacemos este estudio sin juicios hacia
las personas, con verdadero espíritu científico, podremos llegar a entender el
papel que hemos estado interpretando y su relación con el de los demás miembros
de la familia. A partir de aquí, empezaremos a gozar de la libertad de seguir
interpretándolo o cambiarlo.
No nos debe preocupar abandonar nuestro
papel, pues la propia sabiduría del árbol hará una nueva distribución de
papeles para el resto de la familia en la que estará incluido el nuestro, si
estima que éste sigue siendo importante para su supervivencia.
Abandonar un papel que ayuda a configurar a
toda la familia tal como es, no significa que hemos dejado de amarla, la
libertad nunca es incompatible con el amor, sino todo lo contrario. El problema
normalmente surge de la interpretación que hagan del hecho los demás miembros, pero esto es una oportunidad para nuestra propia
evolución como seres libres, ya que nos invita a adquirir un compromiso para
alcanzar la cima de sentirnos los creadores de nuestra vida.
Para poder dejar un papel antes tenemos
que haber creado otro, pues los seres humanos nos relacionamos a través de
ellos, es uno de los requisitos de nuestro ego. Ser más que un miembro de la
familia implica todo un trabajo personal, en el que es imprescindible descubrir
las alas de nuestra creatividad, porque son ellas precisamente las que nos van
a permitir volar más allá de nuestro nido …
¿Qué te parece ser más que un miembro de tu
familia, poder volar a otros mundos y visitarla después con maravillosos
regalos… ? Después de todo, ¿qué es un
árbol sin pájaros … ?
PERSONAJES ESPERANDO SU DESPERTAR
Dentro de nosotros, más allá de nuestra mente consciente entretenida en
los devaneos de la dualidad,
aguardan su encarnación
maravillosos personajes. Habitan en el mundo de los sueños esperando su
despertar.
Nuestras creencias y hábitos limitantes impiden este despertar, pues nos
ocultan estas obras maestras: los personajes que en otras dimensiones de la
consciencia hemos creado. Es cierto que no los podemos reconocer como nuestros
en la mente consciente, pero la unión de la imaginación y el sentir es el
puente que nos permite el paso a ese
otro mundo que también nos pertenece; en él nacen nuestros sueños y los
personajes que nos ayudarán a hacerlos realidad.
El ego necesita personajes a través de los cuales expresarse; un ego
empoderado es capaz de colaborar en su creación, porque está conectado conscientemente
con nuestra esencia. Esta conexión, como en un ordenador, necesita de los programas adecuados, de
creencias cuya amplitud de miras permita acceder a nuestra sabiduría interior,
Hasta ahora hemos habitado personajes que hemos confundido con nuestra
propia naturaleza, cuando en realidad respondían a necesidades familiares y
culturales, este simple hecho ha provocado manipulaciones capaces de llevar a los seres
humanos a locuras como las guerras.
Ahora, en un nuevo despertar de la humanidad, podemos acceder a
personajes más allá de la dualidad y de los enfrentamientos, personajes que por
fin pueden representar papeles acordes con nuestro corazón y sus sueños. ¿Te
apetece ir en su busca, descubrirlos a través de tu imaginación y sentir … ?
Puede que te parezca una locura, pero … ¿no es mayor locura seguir con
personajes que van contra nuestro sentir más profundo …? ¿Te animas a este
despertar de corazón …?
SEMBRADORES DE NUESTRA PROPIA ESENCIA
Si andamos con
el corazón abierto las semillas de nuestras acciones florecerán, dejando un
rastro de nuestro aroma en torno al camino. Los que luego lo recorran disfrutarán
de nuestro perfume y sentirán que ellos también pueden regalar sus flores.
Dejarse llevar por el corazón forma parte de
nuestra esencia. Las culturas, las tradiciones familiares, todo tipo de
creencias y los personajes que construímos para el ego no son más que el vestido multicolor con el que cubrimos esa esencia.
Ahora, podemos elegir un ropaje que permita a nuestro aroma salir a nuestra
vida cotidiana y, así, dejar su rastro allí por donde pasemos. ¿Qué te parece
ser sembrador de tu propia esencia …?
CONVIRTIENDO EN COTIDIANOS LOS ENCUENTROS ÚNICOS
Cuando
dos seres humanos se sienten antes que pensarse
y se miran con los corazones desnudos de todo juicio, descubren uno en
el otro la inmensidad que les habita; ya
no estamos ante el mero encuentro entre dos personas, sino ante dos universos
de potenciales y amor que comparten su luz creando un instante único.
En este
instante, los personajes que cada uno interpreta en su vida cotidiana
desencarnan y se convierten solo en sombra del auténtico ser. Ya libres de sus
papeles de dualidad descubren que en realidad son como dos islas separadas por
el agua, que dejan al descubierto su conexión íntima cuando el mar que las
circunda desaparece, es el mar de los egos que crea la ilusión de islas.
¡Bendita
esta ilusión que permite el goce del reencuentro y la vivencia de experiencias
diferentes, que enriquecen a la humanidad!
Los
personajes que interpretamos nos sirven para experimentar la vida en sociedad,
hasta ahora era incompatible encarnarlos y vivir momentos mágicos como los
descritos; por eso se recurría a la meditación para apartar al ego y con él a
los “molestos “ personajes. Esto ha sido debido a que los personajes nos venían
impuestos por creencias de todo tipo y origen, y no nos permitían vivir según
nuestro auténtico sentir.
Ahora,
sabiéndolo, podemos imaginar personajes que sean traslúcidos a la luz de nuestro
corazón, empezar a ensayarlos en nuestra vida cotidiana para ir acostumbrando
al ego a su presencia y finalmente alcanzar, así, una vida desde el sentir y no desde las
creencias.
¿Qué te
parece ir imaginando personajes que vistan a
tu corazón, pero que a la vez permitan que su brillo no quede oculto
tras ellos …? Hará falta practicar mucho, pero el premio es nada menos que
hacer posible lo aparentemente imposible: convertir en cotidianos los
encuentros únicos.
MAESTRO Y ALUMNO DE TUS PERSONAJES, UN CAMINO
A LA ARMONÍA EN “CLASE”
Imagínate que te sientas frente a los
personajes que interpretas en tu vida cotidiana y los observas sin ningún tipo
de juicio, simplemente con la idea de conocerlos, de comprenderlos, de
averiguar qué buscan con sus comportamientos, de preguntarte qué les mueve a
crearte conflictos… Ahora, contémplalos
desde el sentir de tu corazón, aprovechando su mirada amorosa y sabia.
Después de todo esto estás ya preparado para convertirte en su maestro, enséñales
a amar la vida y a no temerla, a buscar sentido a su existencia, a encontrar
sus dones, a mirar a los compañeros sin juicios … y tantas y tantas cosas que
un maestro de corazón puede enseñar y despertar en sus alumnos.
Una vez formados, descubre en tu esencia los motivos por los cuales son
compañeros de viaje en tu camino, dale sentido a su presencia en tu vida. Tal
vez están ahí para que descubras tus sueños y puedas cumplirlos …
Míralos con admiración, pasa tu vista sobre
cada uno de ellos, siente como cada par de ojos te ilumina, te hace vibrar por
dentro … es el momento en el que un auténtico maestro se doctora,
convirtiéndose en un alumno más de la clase.
Comprendes que todos sois uno, porque compartís un solo corazón, a
partir de ahora en vez de ir cada uno por un lado y hacer de la vida algo
difícil y conflictivo, formaréis un equipo con coherencia, armónico, capaz de
escuchar la melodía de los sueños, que habéis venido a disfrutar y a entregar a
la vida…
En la imagen un fotograma de la película
“Rebelión en las aulas”, en la que el maestro, desde el coraje de su corazón,
logra algo que sus compañeros creían imposible: educar a unos alumnos dados por
perdidos. Su secreto: saberles mirar desde el corazón y tener la humildad para
doctorarse con ellos como maestro.
LA ESCUCHA INOCENTE, UNA PUERTA HACIA NUESTRA VERDADERA
IDENTIDAD
Cuando
conversamos normalmente no dialogamos, en su lugar se produce una intento de manipular al otro generado por
los estados de necesidad de los egos. La causa de esto suele estar en el hecho de
que hemos cedido nuestra identidad a los personajes que interpretamos y. por lo
tanto, no nos podemos permitir el lujo de escuchar más allá de ellos. Servimos
a los personajes en vez de al revés.
Sólo sintiendo nuestra identidad más allá de
los personajes podemos verdaderamente dialogar, cambiar de opinión no supone en este caso ningún riesgo y ponerse en lugar del otro tampoco.
Este
parlucheo entre personajes nos lleva a repetir las mismas conversaciones una y
mil veces, esperando que el otro se doblegue ante nuestra opinión, cuando en
realidad lo único que conseguimos es reforzar unos papeles que intentan
mantener en pie nuestras “falsas” identidades.
Nuestra auténtica identidad está en el actor que interpreta los
personajes, a salvo de cualquier opinión sobre nosotros o el mundo. Para llegar
a sentirla en una conversación tenemos que ser conscientes del personaje que
estamos encarnando y también del que está empleando nuestro interlocutor. Con
atención y práctica podemos llegar a generar nuestra propia técnica, con esto tal
vez no logremos un auténtico diálogo, pues no depende sólo de nosotros, pero sí
podremos llegar a alcanzar una escucha inocente desde el silencio de nuestra
auténtica identidad.
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