EL PUNTO DE PARTIDA: EL SER HUMANO DESEMPODERADO

   

   

LAS PRIORIDADES DEL SER HUMANO DESEMPODERADO Y EL CAMINO A LA FELICIDAD

            Nuestra educación nos ha inculcado dos necesidades prioritarias, que además tienen un orden jerárquico: la seguridad y el reconocimiento de los demás. Curiosamente la felicidad no está entre ellas, por eso cuando se pregunta a un adolescente cómo quiere que sea su futuro responde en la mayoría de los casos  bajo la perspectiva de las dos prioridades citadas, y sintiéndose un habitante de una sociedad de la que él no se considera creador. Con esta mirada no hay incentivos para buscar qué es lo que nos hace felices y cómo ofrecerlo a la humanidad y, así, enriquecernos todos.
          Una educación que propicie en primer lugar el ser uno mismo, es decir vivir desde el sentir del corazón, más allá de cualquier valor cultural ,sistema social o económico, coloca a la persona en el camino de la felicidad y con ello en disposición de ofrecer los mejores frutos a todos






                     DE NÁUFRAGOS A CREADORES DEL FUTURO

   Hemos estado educando a nuestros hijos y alumnos  como náufragos que intentan sobrevivir en el futuro, hablándoles de ocupar un puesto seguro en la sociedad. Esto no es creer en ellos y en sus potenciales, es soterrar su propio poder creador, menguando a las personas a las que precisamente pretendemos ayudar. Necesitamos una educación que haga crecer y no menguar, que les haga sentir a los niños y adolescentes creadores de su propio futuro, creadores de una nueva humanidad.




         
                         
                     EL PATERNALISMO, DESENCADENANTE DE LA SOMBRA

    El abrazo del paternalismo ahoga a la persona al sembrar en ella la necesidad de contentar al ser querido que le "protege". De esta forma, se aprende a renunciar a ser uno mismo y se va construyendo la sombra de lo que no aceptamos en nosotros.

       
          
            

   HACERSE PEQUEÑO PARA RECONOCER NUESTRA GRANDEZA

    Las limitaciones del ser humano hablan de la grandeza de su alma, pues ésta renuncia a su poder para hacer del amor compasión. En el maravillosos juego de acoger a alguien en nuestro corazón, uno se vuelve niño para desvelar en el otro la madre que todos llevamos dentro y, así,  juntos sentir la danza inacabada de la vida.
       
          

      
   
          DEL ORGULLO TECNOLÓGICO A  LA TECNOLOGÍA MÁS AVANZADA DEL MUNDO 

    Juzgamos el progreso de una cultura por su nivel tecnológico; sin darnos cuenta que la misma palabra tecnológico está impregnada de nuestra propia forma de ver las cosas. Una simple mirada a la eficacia de un motor de explosión- bajo rendimiento, elevado ruido y contaminación … – nos desvela una tecnología de lo más primitiva, eso sí, rodeada de los más sorprendentes avances electrónicos que, a modo de seductor envoltorio, nos ocultan lo esencial.
      Esta especie de orgullo tecnológico, que oculta las deficiencias, me recuerda esa divertida serie televisiva “Los Picapiedra”, en la que se tenía de todo tipo de comodidades, pero con tecnologías rudimentarias como el “tronco-móvil”, que empleaba como motor las fuertes piernas del hombre de la edad de piedra; salvando las distancias, el hacer avanzar nuestros flamantes coches con petróleo y a base de repetidas explosiones no es muy diferente.
     Hay una “tecnología” que es sin duda la más avanzada del planeta y de la que disfrutan y han disfrutado todas las culturas. Es tan perfecta que sabe repararse a sí misma y además es de una belleza y armonía incomparables. Tiene además el don de hacernos a todos los pueblos igual de avanzados. La usamos todos los días y la habitamos en todo momento: nuestro cuerpo. La próxima vez que tengamos la tentación de mirar por encima del hombro a algún pueblo “primitivo”, contemplemos los cuerpos de sus habitantes y hagámonos la siguiente pregunta: ¿ha llegado mi "avanzada” sociedad a crear algo ni tan siquiera parecido?



 
   
  
  DEJAR DE COLUMPIARNOS PARA SER NOSOTROS MISMOS

    Si nos encadenamos a una determinada visión de la vida sólo podemos oscilar en torno de ella, como en un columpio iremos y volveremos infinidad de veces, engañados por este movimiento continuo pensaremos que avanzamos, pero siempre nos encontraremos a la misma distancia del centro de suspensión.
   Hemos sido educados para creer que nuestra seguridad depende de estar bien sujetos. Sin darnos cuenta de que el lugar más seguro es siempre el que nos hace sentirnos nosotros mismos, el que hace de nuestra libertad nuestra auténtica seguridad; en él no son necesarias las cadenas … 
    
    
    
    
  
EL CAMINO HACIA EL SER HUMANO EMPODERADO COMIENZA CON EL ABRAZO DE DOS SABIDURIAS

     El estado de necesidad ha sido un viejo compañero del ser humano durante milenios. Su origen se encuentra en el hecho de sentirse incompleto, de notar que estamos desconectados de nuestra esencia y por lo tanto de nuestro poder; el juego de las necesidades ha construido nuestra historia, aquello que echamos en falta lo hemos buscado fuera, incluso quitándoselo al otro; sólo así se entiende la violencia. Para que todo esto no acabase con la misma humanidad creamos la ética, que aplicamos como pudimos. Es la vida del ser humano desempoderado, que genera su propia sabiduría: la de hacer de las necesidades una riqueza a compartir.
     Hay un camino más allá de la ética, de reprimir la violencia que nuestros estados de necesidad generan. Consiste en terminar con esos estados de necesidad existenciales, recuperando la conexión con nuestra esencia, con nuestro centro de poder, sensibilidad y sabiduría: nuestro corazón. Este camino es el que lleva al ser humano empoderado, que trae consigo una nueva sabiduría: la de expresar en plenitud lo que siente y convertirlo en regalo para él y para toda la humanidad.
      Para hacer el tránsito de un ser humano al otro es necesario que ambas sabidurías dialoguen y se honren mutuamente. 
  
La foto es un homenaje a la sabiduría y belleza interior del ser humano desempoderado


 
 
  

                                         EL JUICIO, UN PARAR LA VIDA

   El juicio convierte la película mágica de la vida en un fotograma, construyendo a partir de él una nueva película monocolor

           
         
 
  

DESCUBRIR EL PODER DE NUESTRA ATENCIÓN, UN CAMINO A UN AUTÉNTICO PROGRESO

     Cuando dirigimos la atención a algo o alguien, poniendo en ello todo nuestro ser, el tiempo se para, como mostrándonos el poder que habita en nosotros, que gracias a nuestra mirada parece proyectarse fuera. ¿Quién no ha tenido alguna vez esta sensación?
      La educación nos ha hecho desconfiar de lo más propio, nuestro sentir. Esto ha provocado el desconectarnos de nuestro centro y volvernos dependientes de “autoridades del conocimiento”, que en cada cultura han adoptado formas peculiares. En la nuestra estas autoridades han sido reforzadas con la idea de “progreso”, si bien cuando mencionamos esta palabra no solemos preguntarnos hacia dónde deseamos progresar: hemos convertido un significado relativo, el progreso, en algo absoluto.
     La creatividad humana puede generar increíbles ciencias y tecnologías, pero si no prestamos atención a la dirección en la que deseamos caminar, serán descubrimientos e inventos sin sentido, y nosotros podemos terminar siendo sus esclavos.
     Descubrir el poder de nuestra atención es algo clave en el camino de sentirnos los creadores de nuestra vida, desde ahí  podremos decidir lo que cada uno entendemos por progreso; no tiene sentido caminar en direcciones que no sintamos como propias. Para lograr todo esto es necesario empezar a practicar la atención, con todo nuestro ser, en la vida cotidiana, como hace el niño con el pollito … ¿Te animas …? 
  
     
  
  
    PREGUNTAS PARA AMANECER A UNA VIDA AUTÉNTICA

      ¿Qué sentido tiene nacer en un planeta maravilloso y no traer sueños que entregar a la vida? ¿De qué sirve traer un potencial casi infinito de imaginación si lo que se nos enseña es a pensar sólo dentro de unas determinadas creencias? ¿Cómo es posible que un ser humano experimente un sentimiento capaz de iluminar todo el universo y a la vez se someta a los miedos más inverosímiles?  ¿Por qué renunciamos a la sabiduría de nuestro corazón para instaurarnos en las dudas de nuestra mente? ¿Por qué jugamos a vernos pequeños y a competir entre nosotros? ¿Por qué renunciamos a la pureza y belleza de nuestra mirada a cambio de desvalorizar al otro? ¿Por qué renunciamos a nuestro niño y su inocencia si nunca murió? ¿Por qué nos escondemos del amor?
    Hacerse estas preguntas es de vital importancia para un educador que sienta la luz propia que trae consigo cada hijo o alumno y que desee ayudarles a expresarla El intentar responderlas con sinceridad le conducirá a su propia reeducación, algo imprescindible para lograr enseñar desde el corazón. Esta reeducación es también necesaria a cualquier persona que quiera sentirse el creador de su propia vida. ¿Te apuntas a volver a educarte, esta vez para sentir tu vida como auténticamente tuya …? 

    
   
  
   
                                        LOS INHIBIDORES DEL SENTIR

    ¿ Cómo es posible que una persona que no ha matado nunca a nadie acepte hacerlo en una guerra, en una guerra que él no ha creado, pudiendo matar a personas que ni siquiera conoce… ?
¿Por qué obedece a sus mandos, en contra de lo que le dice su corazón? ¿Por qué considera enemigo a un desconocido en lugar de preguntarse qué le ha empujado a estar en esa situación?
   El proceso por el cual uno llega a estar en una guerra se ha ido gestando desde su infancia, al ir aceptando inconscientemente las creencias que sustentan una barbarie de tal calibre. Éstas pasan desapercibidas por falta de contraste, ya que forman la atmósfera psicológica en la que vivimos, es como el pez que deja de ser consciente del agua en la que habita.
   Es necesario desarrollar una educación más allá de las creencias culturales, que permita reconocer éstas y que, por tanto, podamos elegir vivirlas o no.
   Las creencias poseen un “sistema inmunitario” que tiende a evitar que pensemos fuera de ellas, es la forma que tienen de perpetuarse por ilógicas que puedan llegar a ser. Pero este sistema no puede burlar a nuestro sentir, para evitar que nuestro corazón intervenga, las creencias nos colocan unos inhibidores del sentir, que nos impiden experimentar el dolor. Sólo de esta manera se puede explicar que personas muy sensibles en ciertos aspectos de su vida se muestren absolutamente insensibles en otros.
   Percatarse de todo esto es de vital importancia si queremos caminar hacia un vivir desde el corazón, más allá de las creencias limitantes. Si de repente, nos pudiésemos quitar todos los inhibidores probablemente enloqueceríamos, por eso es necesario ir descubriéndolos poco a poco, sin juzgarnos, ver a que creencias están apoyando y estudiar nuestra implicación en ellas, luego, como auténticos artificieros, podemos ir  desactivándolas con sumo cuidado.
     En la foto el soldado se enfrenta a sus inhibidores, los guantes que porta son un buen símbolo de lo que se espera de él en la guerra: acercarse a las personas pero sin sentirlas demasiado
   ¿Te apetece desvelar  tus creencias limitantes y a sus inhibidores… ?  Es un largo camino, pero la recompensa lo merece: sentir la vida libremente. 


  Si el tema de los inhibidores del sentir te ha gustado, te invito a saber más sobre él en la siguiente entrada:
   
    
    

  
 
   
                                              DOS EGOS, DOS DANZAS

      El ego desempoderado es el que ha sido programado con las creencias limitantes de los paradigmas que se han ido sucediendo a lo largo de la historia conocida. Su seguridad la ha buscado siempre en esos mismos programas que están sumergidos en el mar de la dualidad, por eso siempre se ha sentido desangelado y ha tenido tantos enfrentamientos con los otros egos. El juego consistía en olvidar la esencia que había detrás de él, perdiendo de esta manera su centro y poder. Gracias a esto hemos aprendido cosas como:  compartir con los demás, la compasión por el que sufre, crear conocimientos que suplan la falta de contacto con nuestra propia sabiduría, aprender a confiar… Evidentemente también hemos vivido en negativo lo anterior, la sabiduría de la dualidad lo pedía. Esta sabiduría, de la que muchos maestros nos han dado cuenta con sus palabras y ejemplos, está destinada a mantenernos, de la forma más agradable posible, en los territorios de la dualidad.
      El ego en estas circunstancias busca siempre la atención de los demás, pues no siente su propia presencia, y por eso inicia múltiples juegos para captarla: es la danza del ego desempoderado, que se baila al son de la música de los dramas y sus compases de manipulación. El ego permanece preso de sus propias creencias y la gravedad de éstas le  impiden emprender el vuelo.
     Ahora en el horizonte, se abren a nuestra vista unos nuevos territorios: los de los Nuevos Paradigmas del Conocimiento. Estos traen su propia sabiduría, pero esta vez no necesitaremos el ejemplo y las palabras de ningún maestro espiritual, las creencias que los configuran, destinadas a nuestros egos, son transparentes a la luz de nuestro corazón, que nos pone  directamente en contacto con esta sabiduría. El ego queda así iluminado y no necesita seguir los juegos de los viejos paradigmas, está ya preparado para la danza del ego empoderado, que se baila con alas en vez con los pies…

     

  
 

¡ AIBÓ, AIBÓ …. A LA VIDA A DISFRUTAR  !

  
      No recuerdo que en el colegio me hablaran de la vida como algo a disfrutar, contemplado en la distancia es algo sorprendente que en las miles de clases de todo tipo ningún maestro dedicase una sola a invitarnos a vivir desde la felicidad. Después de esta observación no sorprende que vivamos en un mundo tan conflictivo: nadie nos ha enseñado a descubrir la alegría de vivir.
    Educados desde estados de necesidad de todo tipo, hemos ido a la vida como quien se dirige  cada día a un trabajo por obligación:. Así, no es de extrañar que haya tenido tanto éxito la absurda frase de “ganarse la vida”. Hemos creado un mundo artificial de necesidades sin darnos cuenta que estamos acogidos por una naturaleza cuya esencia es la abundancia: ¿acaso nos ganamos el aire que respiramos, la tierra que pisamos, la lluvia que cae sobre nosotros, el sol que nos alimenta e ilumina, la mora salvaje que alegra nuestro paladar …?
     A fuerza de crear una sociedad de escasez hemos alimentado nuestra propia pobreza y la competitividad entre nosotros. Pero hay algo, que como la abundancia de la naturaleza, se encuentra muy cerca de nosotros, esta vez no está fuera, sino dentro: la alegría de nuestro corazón, una fuente de abundancia ilimitada. Si aprendemos a vivir desde este manantial nos será muy fácil llevar nuestro entorno de la escasez a la abundancia, porque sencillamente nos sacará de los estados de necesidad en los que hemos sido educados.
    ¿Qué te parece iniciar cada jornada con un canto a la alegría que nos ponga en contacto con nuestro corazón …? Podríamos convertir la ducha en un baño mágico que nos impregnará de nuestra propia abundancia, y al salir de casa podríamos cantar: ¡ Aibó, aibó … a la vida a disfrutar! 

     
    
 
  
                       DEL CIENTIFISMO AL ESPÍRITU CIENTÍFICO

 No puede haber auténtico espíritu científico en nuestras escuelas y universidades sin una mirada antropológica que permita el contraste entre las culturas, ya que toda ciencia, salvo las matemáticas, nace en una determinada cultura y  en un cierto contexto histórico, y, por lo tanto, limitada en su punto de mira.
     El no tener esto en cuenta lleva a confundir las teorías científicas con la verdad, encareciendo las investigaciones y creando puntos ciegos.
    Cuando en una determinada línea de investigación las cosas se vuelven cada vez más complicadas podemos estar ante el agotamiento de una mirada, de una teoría. Si tenemos claro que la ciencia experimental es siempre una metáfora de la verdad no habrá problema en cambiar de teoría; en física, la ciencia más próxima a las matemáticas, se ha hecho reiteradamente, pero no así en otras ramas del conocimiento como la medicina en la que nunca, por ejemplo, hemos oído hablar de que la visión que se tiene del cáncer es una mera teoría que cuando es necesario se puede cambiar.
    La diferencia entre cientifismo y ciencia es que el primero se ha hecho dependiente de sus teorías, dando prioridad al mantenimiento del estamento, y la segunda disfruta de la libertad del espíritu científico. Este espíritu debería ser la esencia desde la que se enseñase en nuestras escuelas, para evitar así tener científicos que se queden encerrados en su propia mirada, olvidando que siempre la naturaleza supera a cualquier teoría sobre ella.
  
     

   
 
  
EL AUTOCONOCIMIENTO, LA CLAVE PARA UNA EDUCACIÓN LIBERADORA

    A la verdadera autoestima sólo se llega por el camino del autoconocimiento, que garantiza saber quién eres más allá de las creencias que habitas. Si no generamos autoestima como educadores, todo lo que enseñemos será una carga sobre los hombros de nuestros hijos y alumnos, pues nunca lo aplicarán desde su propio poder. Por eso, una educación sin autoconocimiento nunca será liberadora, sino simplemente una series de recetas para sobrevivir en una determinada cultura.
   
    

  
  

 EL RECORTE MÁS IMPORTANTE


     Los recortes más importantes no han sido los de la crisis, sino los que han provocado todas las crisis de la humanidad, incluso aquellas que no hemos vivido como tales: el hambre en el mundo, las guerras, las injusticias lejanas, los prejuicios, la competitividad entre hermanos …
    Estos recortes comienzan en nuestra infancia cuando nos enseñan a servir a ideas, creencias y paradigmas de todo tipo en vez de a seguir a nuestro corazón, centro de nuestros tres grandes dones: sensibilidad, poder y sabiduría. Separados de estos dones nos convertimos en súbditos de creencias en vez de en ciudadanos libres, de esto no están exentos los llamados “poderosos”, que abusan de los demás precisamente porque no sienten estos dones.
      La educación que hemos recibido nos ha llevado a pensar dentro de cajas: las creencias y además a confundir a éstas con la verdad. Miles de horas de clase construyendo estas “cajas”, en lugar de ayudar a desarrollar nuestra imaginación, han recortado la creatividad con la que nacimos, este recorte es la fuente de todas nuestras dificultades, porque supone un recorte de la propia esencia humana.  Por eso, ante una crisis exigimos a los políticos y expertos que la arreglen- curiosamente a los mismos que la causaron-, y nunca pensamos que cada uno de nosotros podría crear algo que ayudase a solucionarla.
     Es necesario reeducarnos para superar los recortes que sufrimos en nuestra educación. Para ello es imprescindible una nueva idea  de ser humano, centrada en su sentir y no en las creencias.
  Debemos ampliar el tamaño de nuestras “cajas de pensamiento” y sobre todo abrirlas a nuestros tres dones, que son la auténtica garantía de poder crear una sociedad sin recortes de ningún tipo.