UN NUEVO COMPROMISO CON LA VIDA: CAMINAR SIN LOS PEAJES DEL ESFUERZO
El conseguir las cosas con esfuerzo habla de nuestro
desalineamiento interior. Como hemos sido educados para aprender y vivir desde
el no armonizar lo que pensamos, lo que sentimos, lo que anhelamos, lo que
decimos y lo que hacemos no nos queda
más remedio que hacer las cosas con esfuerzo. Si queremos superar esta
barrera es necesario que cambiemos
nuestra forma de aprender y de crear nuestra vida, nuestras actuaciones han de
estar centradas en la coherencia, de forma que todas nuestras partes apunten a
la vez hacia nuestro objetivo del momento, el camino común por el que han de
caminar todas estas partes, como si de un rayo láser se tratase, es el de
disfrutar de lo que hacemos.
La sabiduría consiste, en última esencia,
en saber encontrar ese camino de gozar del encuentro armonioso con todo lo que
somos, lo que fuimos y lo que podemos llegar a ser, en el canto unido de lo que
sentimos, lo que pensamos, lo que anhelamos, lo que hablamos y lo que hacemos.
Desde esta melodía la vida con esfuerzo ha de ir dando paso a la vida
apasionada en la que el cansancio ya no es una rutina, sino el aviso de que hay
que cambiar de juego, es decir, de que sigamos siendo fieles a nuestro
compromiso de disfrutar de la vida.
MÁS ALLÁ DE LA VISIÓN LÁSER DEL GUERRERO
El "no" es la
espada esencial de todo guerrero, con ella se opone a lo que hoy considera
injusto. El guerrero está concentrado en su batalla ignorando que mientras el
mundo gira en torno a múltiples conflictos, para él todo pasa por ganar su
combate y no se da cuenta que puede estar perdiendo otras batallas en campos
abandonados por su atención, por eso el tiempo siempre le muestra después todas
las guerras que perdió por no comparecencia: es la visión láser del guerrero,
que concentra su atención en solo un punto, el agujero negro de su injusticia.
El guerrero cansado de este juego, en el que se ha demostrado
su valor y ha ayudado al mundo a derruir viejas estructuras, se deja nacer como
pacificador, el personaje que posee la
visión de conjunto suficiente para ver la relación entre conflictos
aparentemente diferentes, pero que están unidos por un hilo conductor, es la
mirada esencial de las cosas y las personas, que permite ver el mundo más allá
de los enemigos y los amigos. Ambos papeles en nosotros, el guerrero y el
pacificador, tienen su propia poesía: la de uno es la épica y la del otro es la
trascendente.
¡ SÉ FELIZ, Y BASTA !
Cuando creemos que un
ser querido nos falla entramos en una especie de agujero negro de dramatismo :
todo en la persona ofensora nos parece mal, no encontramos en ella ninguna
virtud, estamos seguros de que en el fondo siempre ha sido una egoísta ... Todo
un programa de victimismo nos succiona: nuestros pensamientos giran como
torbellino en un desagüe hacia el centro del agujero negro, en el que nos
esperan planes para resarcirnos de la ofensa, en definitiva, para vengarnos.
Frente a este automatismo tenemos la posibilidad de una respuesta sabia, que comienza por hacernos conscientes de la situación sin ningún tipo de juicios personales, optando por algo que preserve nuestra felicidad y no acentúe nuestra bilis. Lo que esperamos de alguien nunca ha de hacernos dependientes de su respuesta, hemos de tener un plan B, a priori o a posteriori de lo acaecido, que nos permita seguir sin heridas y reproches.
Querido lector, te invito a aprovechar el impulso del agujero negro de la decepción para cambiar a una dimensión más allá de los juicios, en la que puedas explorar tu potencial creativo para ser feliz, ¡rebélate, no permitas que la respuesta decepcionante de alguien te decepcione de la vida! No dependas de las decisiones de otros, no hagas de tus expectativas sobre los demás flechas que clavarte tú mismo, en definitiva, no condiciones tu felicidad a las respuestas de los demás, encontrando así excusas para juzgarlos: ¡sé feliz, y basta!
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