LA LLAVE QUE ABRE TODAS LAS SABIDURÍAS

    

    Nuestras emociones esculpen nuestro cuerpo, tanto por fuera como por dentro, a través de la bioquímica que generan, y también repercuten en nuestra epigenética, algo muy influyente no solo en nuestra salud, sino también en la de nuestros descendientes. Este papel fundamental de nuestras emociones nos lleva a considerar a la sabiduría emocional como un potencial que es imprescindible  desarrollar en cualquier educación que se precie de innovadora. 

   La sabiduría emocional es un punto en común desde el cual  pueden empezar a dialogar todas las pedagogías, que hoy en día en vez de sumar se disputan territorios educativos. No podemos caminar hacia una humanidad más humana sin hacer de nuestras emociones un lugar de encuentro, en vez de lo que hasta ahora hemos hecho con ellas en numerosas ocasiones: un lugar de desencuentros. La sabiduría emocional es, en el fondo, la llave que abre la puerta a  todas las sabidurías que necesitamos desarrollar, para poder por fin llegar a encarnar el Imagine de una nueva humanidad.


La llamada inteligencia emocional es un gran primer paso para llegar a la sabiduría emocional, que ha de permitir a cada persona gestionar sus emociones respetando su propia idiosincrasia.

  


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