SENTIR CADA DÍA VIVIDO EN VEZ DE RAZONARLO, UNA BUENA RECETA PARA NO TEMER AL FUTURO
Podemos ir buscando por separado una explicación a todo aquello que nos ocurre en un día, o sencillamente buscar en nuestro corazón la música que haga de todo lo vivido una melodía.
Si optamos por lo primero recogeremos razones, explicaciones en función de nuestras creencias, si nos decidimos por lo segundo hallaremos el sentido de la jornada vivida y, tal vez, podamos descubrir detrás de él el perfume de nuestra esencia, siguiéndolo es posible que lleguemos a hacer de nuestro imaginar un emisario de los anhelos de nuestro corazón ... y así, cerrando nuestros ojos, podamos soñar con las sorpresas que nos deparará el día siguiente, sustituyendo el miedo al futuro por la confianza en él, a fin de cuentas, no tiene sentido temer a aquello que no es más que nuestra propia creación.
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