NUESTRAS SEMILLAS MÁGICAS


   El futuro que anhelamos es como una semilla: podemos simplemente contemplarla y lamentarnos de que aún no sea el árbol que deseamos o podemos buscar la tierra adecuada, enterrarla y darle los cuidados necesarios. Al igual que una semilla crece siguiendo un plan y tomando los nutrientes de su entorno, un sueño lleva su propio plan y aunque no lo podamos ver se va desplegando siguiendo sus etapas, nutriéndose de personas que aparecen justo en el momento adecuado,  que abren las puertas a las que ni siquiera hemos tenido que llamar.
      El sueño, nuestra semilla de vida, sólo nos pide tres cosas: que la coloquemos en el terreno adecuado, la cuidemos y sobre todo confiemos en su potencial creador.

Todos traemos unas semillas mágicas en las que vive nuestra propia esencia, plantémoslas en la tierra de nuestra vida y permitamos que sus frutos nos alimenten y alimenten a los demás ... son frutos deliciosos, pues llevan el néctar de la alegría de nuestros corazones.

   Querido lector, busca en tu interior las semillas más atrevidas y prepáralas día a día el terreno adecuado, para que tus sueños dejen de ser utopías- sin tierra- y se conviertan en el anuncio de tu grandeza en esta vida. Confía en tus sueños, pues son semillas mágicas que nacieron en tu propio corazón y que esperan  abrirse paso a la vida. ¡Ahh! ... y no te preocupes mucho por el plan para llevarlos a cabo, está escrito en su interior, tan solo tienes que ir descubriéndolo e ir acompañándolo, confía en la fuerza de vida que hay en tus semillas y disfruta de su crecimiento.



1 comentario:

  1. Gracias por tus sabias palabras siempre, semillas que siembras en el corazón de tus lectores. Y que puedo decir con seguridad, germinan y crecen fuertes. Un abrazo.

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